Santo, santo, santo

Cuando la vida es agradable, el tiempo pasa demasiado rápido. Denme una tarea que me gusta o una persona con la que me encanta estar, y el tiempo parece irrelevante.

Dios provee

Fuera de la ventana de mi oficina, las ardillas se apresuran a enterrar sus bellotas en un lugar seguro y accesible antes del invierno. Me divierte su conmoción. Un rebaño de ciervos puede atravesar nuestro patio trasero sin que se oiga, pero una ardilla suena como una invasión.

Celebra la libertad

Después de ser secuestrado, tenido como rehén durante trece días y liberado, el camarógrafo neozelandés Olaf Wiig anunció sonriente: «Ahora, me siento más vivo que nunca».

Ver a Dios

Los caricaturistas colocan sus atriles en lugares públicos y dibujan a personas dispuestas a pagar un moderado precio por una imagen cómica de sí mismas. Estos dibujos son divertidos porque exageran algún rasgo físico, de modo que sea reconocible pero cómico.

Soltarse el cabello

Poco antes de que crucificaran a Jesús, una mujer llamada María derramó una botella de un caro perfume sobre los pies del Señor. Después, en un acto aun más osado, le secó los pies con su cabello (Juan 12:3). María no solo sacrificó lo que posiblemente eran los ahorros de toda su vida, sino también su reputación. En esa cultura, las mujeres respetables nunca se soltaban el cabello en público. Pero, al verdadero adorador, no le preocupa lo que piensen los demás (2 Samuel 6:21-22). Para adorar a Jesús, María estuvo dispuesta a que pensaran que ella era indecente; quizá incluso inmoral.

Puntual

A veces, bromeo que voy a escribir un libro titulado Puntual. Quienes me conocen se sonríen porque saben que suelo llegar tarde. Mi excusa es que mi retraso se debe al optimismo, no a mi falta de empeño. Con optimismo, me aferro a la creencia errónea de que «esta vez», como nunca antes, podré terminar más cosas en menos tiempo. Pero no puedo, y no lo hago; entonces, termino teniendo que disculparme otra vez por mi impuntualidad.

Esparcir gozo

Cuando Janet fue a enseñar inglés en una escuela en otro país, se encontró con un ambiente oscuro y deprimente. Todos hacían su trabajo, pero nadie parecía feliz. No se ayudaban ni alentaban unos a otros. Pero Janet, agradecida por todo lo que Dios había hecho por ella, lo demostraba en todo lo que hacía: sonreía, era amigable, ayudaba a los demás, y tarareaba himnos y coros.

Los bosques se despiertan

En medio de los inviernos helados y con nieve, la esperanza de la llegada de la primavera sostiene a quienes viven en regiones muy frías del mundo. El primer mes de primavera, esa esperanza tiene su recompensa, ya que los cambios son notorios. Los tallos que parecían inertes se convierten en ramas con hojas verdes que, poco después, saludan ondulantes. Aunque el cambio diario es imperceptible, para finales del primer mes, los paisajes grises se llenan de verde.

Dulces recordatorios

Cuando se descubrió la tumba del rey egipcio Tutankamón, en 1992, estaba llena de cosas que los antiguos egipcios consideraban necesarias para la vida en el más allá. Entre altares de oro, joyas, ropa, muebles y armas, se encontró un recipiente con miel que, ¡después de 3.200 años, todavía se podía comer!

Sol directo

A pesar de todo, lo sigo intentando. Las instrucciones de la etiqueta son claras: «Necesita sol directo». La sombra es lo que predomina en nuestro jardín; por lo tanto, no es apropiado para la planta que a mí me gusta por su color, la forma de las hojas, el tamaño y el perfume. De todos modos, la compro, la llevo a casa, la planto y la cuido muchísimo. Pero no está contenta allí. No basta con cuidarla y atenderla… necesita la luz del sol, cosa que yo no puedo darle. Pensé que podría compensar la falta de luz con alguna otra clase de cuidado, pero no sirve. Las plantas necesitan lo que necesitan.